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Museo al Aire Libre

Pionero en su género en España y que cuenta con esculturas de artistas de prestigio como Eduardo Chillida o Joan Miró. Situado en pleno Paseo de La Castellana, puede visitarse a cualquier hora del día de lunes a domingo.

El Museo al Aire Libre del Paseo de la Castellana, fue el primero de estas características en instalarse en España. Esta iniciativa está relacionada con el Museo de las Casas colgadas de Cuenca (1966). Esto ocurrió durante el verano de 1971, cuando el proyecto fue aprobado por las autoridades municipales, que dieron una buena acogida al museo. El impacto económico del proyecto fue mínimo, ya que todas las obras fueron donadas por los propios artistas o familiares de estos. El Ayuntamiento solamente tuvo que hacerse cargo de los gastos materiales y la instalación.

Los artífices del entorno que rodea a las 17 obras que lo componen, son los ingenieros José Antonio Fernández Ordónez y Julio Martínez Calzón, ideadores del puente. Y, con la ayuda del artista Eusebio Sempere, crearon un espacio para que los ciudadanos se acercaran a observar las modernas tendencias artísticas que iban surgiendo. El puente une, en la actualidad las Calles de Juan Bravo y Eduardo Dato. En definitiva, el objetivo era establecer un todo unitario con todas las estructuras integradas con las obras, desde el puente, los accesos, los pasos de peatones e incluso los jardines.

El planteamiento del Museo está enfocado en las corrientes museológicas de aquella época, que fueron apareciendo en Europa y América a partir de la Segunda Guerra Mundial, que propiciaron la creación de diversos espacios expositivos al aire libre.

El aspecto acogedor del Museo al Aire Libre

Uno de los propósitos principales del lugar es que se sienta como una zona de paseo, descanso y donde acercar al viandante el arte abstracto español, escasamente conocido en aquel momento. Su desarrollo tuvo gran impacto y repercusión, ya que el proyecto tomaba parte en el espíritu renovador extendido en la vida nacional cotidiana, en la última etapa del franquismo.

El Museo al Aire Libre no tuvo una inauguración oficial, debido a la polémica que se creó entorno a La Sirena Varada de Eduardo Chillida. Una obra de un peso de nueve toneladas, que está suspendida en el puente con cuatro hierros. La escultura no tuvo buena acogida en el ala franquista y para su prohibición de exposición, se abogó al exceso de peso de la obra. Sin embargo, con la llegada de la democracia y a sabiendas de la falsedad del sobrepeso de La Sirena Varada, se expuso, de manera definitiva en 1978. Hoy en día es una de las obras más destacadas del museo.

Uno de los propósitos principales del lugar es que se sienta como una zona de paseo, descanso y donde acercar al viandante el arte abstracto español, escasamente conocido en aquel momento. Su desarrollo tuvo gran impacto y repercusión, ya que el proyecto tomaba parte en el espíritu renovador extendido en la vida nacional cotidiana, en la última etapa del franquismo.

El Museo al Aire Libre no tuvo una inauguración oficial, debido a la polémica que se creó entorno a La Sirena Varada de Eduardo Chillida. Una obra de un peso de nueve toneladas, que está suspendida en el puente con cuatro hierros. La escultura no tuvo buena acogida en el ala franquista y para su prohibición de exposición, se abogó al exceso de peso de la obra. Sin embargo, con la llegada de la democracia y a sabiendas de la falsedad del sobrepeso de La Sirena Varada, se expuso, de manera definitiva en 1978. Hoy en día es una de las obras más destacadas del museo.

Obras expuestas: 

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